¿Qué hace que un club
de lectura tenga éxito? El triunfo o el fracaso de estas iniciativas
depende del organizador, de los lectores y, sobre todo, de los acuerdos que
hayan alcanzado entre uno y otros sobre qué leer y cómo comentarlo.
Excepción hecha de los clubes on-line, sobre los que hablaremos en la próxima entrada,
para hacer un club de lectura, además de libros y personas, hace falta un sitio
físico para reunirse.
El término “lugar de encuentro” va asociado a casi todas
las descripciones que se hace de estos clubes. Pero más que un punto de
encuentro físico, es un punto de encuentro de ideas. Una librería, una
biblioteca o una academia de barrio tienen seguramente espacios más que
adecuados para esa actividad, por lo que no parece que hagan falta muchas más
indicaciones al respecto.
Vamos a dejar aparte libros y lugar de reunión y vamos a
centrarlos en lo que realmente más quebraderos de cabeza puede generar: las personas. A ellas se refieren estas 5 claves del éxito de un club de
lectura que hemos extraído de consultar distintas fuentes. [1] [2]
1. El primer
factor de éxito en un club son en realidad tres: flexibilidad, respeto y
tolerancia… pero todo a la vez. Un club de lectura se rige más por acuerdos que por normas. Es importante
el respeto a las opiniones ajenas y desterrar el insulto y la descalificación. Es muy difícil que a lo largo de las
sesiones no aparezcan temas polémicos como política, religión… o tauromaquia,
por poner algunos ejemplos. Es importante que el coordinador vele porque
cualquier intercambio de opiniones se mantenga dentro de la cordialidad, pero
también es imprescindible que, desde el principio, los participantes del grupo
tengan un talante dialogante y respetuoso.
Además de estas normas básicas, otros factores de éxito
son los siguientes:
2. El grupo
comparte en líneas generales intereses
y aficiones y tiene una cultura
general suficiente.
3. No es
obligatorio participar activamente en las sesiones y no se suele leer en voz
alta. Lo contrario causaría rechazo en algunas personas. Mucha gente necesita
acudir durante un tiempo “como oyente”
antes de abrirse y compartir sus pensamientos. Tampoco hace falta comprar todos los libros que se van a leer,
sino que funciona algún tipo de mecanismo de préstamo o intercambio.
4. Las
lecturas son interesantes para el público. Un buen coordinador debería estar
atento al interés que despiertan los títulos que elige y ser sensible a lo que
le trasmite el grupo de lectores. Del mismo modo, éstos deben sugerir lecturas
alternativas al coordinador si la mayoría coincide en que las lecturas
seleccionadas no son las mejores.
5. El
coordinador programa actividades complementarias a la lectura del libro:
salidas al teatro, cine, etc.
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