martes, 11 de diciembre de 2012

5 claves en el éxito de un club de lectura


¿Qué hace que un club de lectura tenga éxito? El triunfo o el fracaso de estas iniciativas depende del organizador, de los lectores y, sobre todo, de los acuerdos que hayan alcanzado entre uno y otros sobre qué leer y cómo comentarlo.

Excepción hecha de los clubes on-line, sobre los que hablaremos en la próxima entrada, para hacer un club de lectura, además de libros y personas, hace falta un sitio físico para reunirse.

El término “lugar de encuentro” va asociado a casi todas las descripciones que se hace de estos clubes. Pero más que un punto de encuentro físico, es un punto de encuentro de ideas. Una librería, una biblioteca o una academia de barrio tienen seguramente espacios más que adecuados para esa actividad, por lo que no parece que hagan falta muchas más indicaciones al respecto.


Vamos a dejar aparte libros y lugar de reunión y vamos a centrarlos en lo que realmente más quebraderos de cabeza puede generar: las personas. A ellas se refieren estas 5 claves del éxito de un club de lectura que hemos extraído de consultar distintas fuentes. [1] [2]


1. El primer factor de éxito en un club son en realidad tres: flexibilidad, respeto y tolerancia… pero todo a la vez. Un club de lectura se rige más por acuerdos que por normas. Es importante el respeto a las opiniones ajenas y desterrar el insulto y la descalificación. Es muy difícil que a lo largo de las sesiones no aparezcan temas polémicos como política, religión… o tauromaquia, por poner algunos ejemplos. Es importante que el coordinador vele porque cualquier intercambio de opiniones se mantenga dentro de la cordialidad, pero también es imprescindible que, desde el principio, los participantes del grupo tengan un talante dialogante y respetuoso.

Además de estas normas básicas, otros factores de éxito son los siguientes:

2. El grupo comparte en líneas generales intereses y aficiones y tiene una cultura general suficiente.

3. No es obligatorio participar activamente en las sesiones y no se suele leer en voz alta. Lo contrario causaría rechazo en algunas personas. Mucha gente necesita acudir durante un tiempo “como oyente” antes de abrirse y compartir sus pensamientos. Tampoco hace falta comprar todos los libros que se van a leer, sino que funciona algún tipo de mecanismo de préstamo o intercambio.

4. Las lecturas son interesantes para el público. Un buen coordinador debería estar atento al interés que despiertan los títulos que elige y ser sensible a lo que le trasmite el grupo de lectores. Del mismo modo, éstos deben sugerir lecturas alternativas al coordinador si la mayoría coincide en que las lecturas seleccionadas no son las mejores.

5. El coordinador programa actividades complementarias a la lectura del libro: salidas al teatro, cine, etc.

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