El producto editorial,
como bien físico, no es sólo un objeto de compra y venta sino también un medio
para comunicar valores, argumentos y ventajas a través de su representación
física. Los autores y las editoriales son en realidad un conjunto de atributos
con los cuales el lector se identifica para satisfacer sus intereses,
inquietudes o necesidades de conocimiento u ocio. Y es que los libros no se
compran por lo que son, sino por lo que aportan.
El producto editorial es
el resultado final de la conjunción de los esfuerzos de todos los agentes que
intervienen para estar presentes en el mercado cultural cuya actividad genera
unos beneficios que justifican dichos esfuerzos. Los factores esenciales son:
una idea, unos medios y la capacidad de gestión para llevarlo a cabo.
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