El reportaje no tiene una estructura rígida. Más
que otra cosa, se puede hablar de estructuras que corren a cargo de la
originalidad del redactor. Suele haber un inicio “con gancho”, que capta la
atención del lector, una parte central donde se desarrolla la información y una
conclusión.
Inicio: El periodista y escritor Gabriel
García Márquez dice que “se trata de agarrar al lector por el pescuezo
hasta la última palabra”. Por lo tanto, esta entradilla será absolutamente
libre, aunque deberá contener algún elemento rigurosamente informativo que dé
al lector la pista del asunto sobre el que versa el reportaje.
Cuerpo: Dentro de la mencionada parte central, el
reportero puede utilizar distintas técnicas para construir la columna vertebral
del reportaje:
- Diacronía. Desentraña la información a lo largo de diversas fases históricas atendiendo a su desarrollo histórico y la sucesión cronológica de los hechos relevantes a lo largo del tiempo
- Flash back. Salto hacia atrás en el tiempo para explicar los antecedentes de un hecho.
- Bloques temáticos. Mediante ladillos, el redactor diferencia diferentes aspectos de la información -lugares, personas, documentos- para aportar una mayor claridad
De alguna manera, los hechos en el reportaje se ordenan por su relación con la
actualidad. En un primer lugar se suelen situar aquellos aspectos del
reportaje que vienen impuestos por la actualidad inmediata y a partir de ahí,
se van derivando nuevos aspectos que surgen de la investigación periodística.
Conclusión: El reportaje no es una noticia redactada de
acuerdo con la pirámide invertida; el reportaje debe tener un planteamiento circular:
un comienzo y un final que se relacionen sin fisuras, sin dudas. Lo planteado
al comienzo debe tener una conclusión, lo que lo relaciona con los relatos
narrativos.
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