Ante la crisis de las empresas periodísticas
y la urgencia del mundo contemporáneo, muchos piensan que el reportaje acabará
sucumbiendo. Juan José Millás, por
ejemplo, es especialmente
pesimista. Hablando de los reportajes de
gran formato, de hasta cincuenta folios, como los que él ha escrito, señala que
"en tiempos de crisis lo caro, y hacer un buen reportaje lo es, se va
restringiendo". Además destaca otra causa para esa desaparición.
"Siendo un género de madurez, es un género que practican jóvenes. Un buen
reportaje se puede escribir solo cuando se ha cruzado una experiencia
existencial y se tienen años de oficio", advierte.
Sin embargo, en televisión, prensa e Internet se siguen produciendo reportajes.
Otras formas de reportaje, si se quiere, pero el caso es que tienen éxito. La
Sexta triplica su discreta audiencia media con un programa de entrevistas
reportajeadas, Salvados, mientras que los trabajos de Jon
Sistiaga dignifican la parrilla de Mediaset. El reportaje televisivo
afronta una época de hibridación y cambio, como se explica en este artículo de El
Mundo.
En cuanto a los reportajes
en prensa escrita, la situación es también de cambio, dando validez una vez más
a la idea de que el ser humano responde a las crisis con creatividad. Nuevos proyectos exclusivamente digitales como eldiario.es –nacido en buena medida de las
cenizas de un producto de papel, Público–.
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