Soy un habitual oyente de Montserrat Domínguez, sobre todo por ese enfoque tan "cultural" que le da a su "A vivir que son dos días" en el que presta una especial atención al mundo del libro. Además cuenta como colaborador con Juan Cruz, un auténtico contenedor de anécdotas editoriales.
Hoy mismo, revisitando la figura de Vargas Llosa a raíz de su Premio Nobel, Juan Cruz narraba cómo fue el mismo escritor el que se dirigió a Alfaguara ofreciendo toda su obra y no el editor poniendo un cheque en blanco a Carmen Balcells. La motivación del escritor peruano fue la distribución, quería que sus obras estuvieran tan bien distribuidas como los libros de Alfaguara en Argentina. Es de todos conocido que Vargas Llosa es un hombre inteligente.
Quizás no sea necesario, pero no está de más recodar que las editoriales tienen éxito (léase, sobreviven) o no por una buena o una mala distribución. Es por ello, que Mario Muchnik sostiene que antes de poner en marcha una editorial el futuro editor ha de buscar la distribuidora adecuada para lo que piensa editar.
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