He de reconocer que el ex ministro Pimentel ha hecho una gran labor en la difusión del trabajo de editor, siendo muy plausible su libro El oficio de editor, de obligada lectura para todo aquel que se quiera dedicar a la publicación de libros. Además, hace un año y medio escribió y publicó otro texto, igualmente recomendable para los editores, titulado El libro de la escritura vital.
No sé si denominarlo como un libro de autoayuda o como un libro del arte de vivir, el caso es que Manuel Pimente nos dice que "tu vida es la novela que protagonizas y que escribes con tus acciones, tus decisones y tus palabras" y que como "todo escritor precisa de un buen editor", nos propone gestionar la vida como si de un proyecto editorial se tratara (y nos lo explica, dando buenos consejos editoriales).
Como ejemplo, os quiero poner uno relativo al diseño de portadas (es decir, cubiertas) y apariencias, algo muy de marketing editorial y personal:
"Es cierto que las apariencias engañan: no hay que dejarse llevar impulsivamente por ellas. Pero, no obstante, debemos ser conscientes de su influencia innegable en las personas y los libros. Aunque lo importante sea su interior y no su envoltorio, ¿cuántas veces no habremos comprado un libro seducidos por su portada? La portada de un libro debe llamar la atención, trasladar un mensahje adecuado al posible comprador -todavía no lector-, y proporcionar información sobre su contenido. Pero no debemos olvidar su función primordial: debe seducir y atraer.
[...] El escritor vital debe prestar atención a la elección de sus portadas, a su aspecto exterior y a la forma con la que se presenta ante los demás.".
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