Nos vamos acercando al final de la serie de post con los
que desde Edamel hemos querido introduciros al mundo de los clubes de lectura.
Para culminar este monográfico, vamos a hablar de las actividades
complementarias que son la guinda del pastel a la hora de cocinar uno de estos
clubes.
Los ‘ratones de biblioteca’ siempre han sido
caricaturizados como personas poco mundanas y muy alejadas de la vida social… sin
embargo, lo que un club de lectura busca, en esencia, es justo lo contrario.
Los primeros clubes
de lectura que surgieron en capitales como Barcelona o Madrid –en los ’80 y
ligados a los centros culturales– nacieron como una propuesta para hacer barrio
en ciudades que se habían vuelto demasiado grandes y anónimas. Es decir:
buscaban ser una herramienta de cohesión social, además de un medio de
promoción de la cultura.
Pero además de dar al público la oportunidad de encontrarse
con personas con intereses parecidos, los clubes de lectura de más éxito realizan actividades
complementarias.
Lo más habitual es
ir al cine a ver una película basada
en el original literario o asistir a una representación teatral… pero muchos
grupos de lectura realizan actividades de lo más variopinto sin perder un ápice
de pertinencia con respecto a sus objetivos literarios. Hay ejemplos que van
desde una excursión al lugar donde se ambienta una novela a planificar encuentros con escritores o incluso
fiestas o comidas. ¿Porqué no acompañar la
lectura de las sabrosas novelas de Haruki
Murakami con la música jazz y los deliciosos platos japoneses que se glosan
en sus páginas?
Y, si el club de
lectura se realiza con
niños, hay un par de actividades que casi son imprescindibles: confeccionar
un mapa para ubicar geográficamente los sucesos que acontecen en un libro y
visitar un museo centrado en la
época histórica en la que tienen lugar.
Todas estas
actividades son en realidad ejemplos claros de una realidad incontestable: digan
lo que digan sobre los ‘ratones de biblioteca’, la vida y los libros están
unidos y no se pueden separar fácilmente los unos de los otros.
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