Hemos comparado anteriormente el producto multimedia con
un cóctel. La coctelería es un arte
mucho más complejo de lo que puede parecer a simple vista, cuando uno observa
al experimentado barman mezclar ingredientes a toda velocidad.
Del mismo modo, la combinación de aspectos gráficos, audiovisuales e interactivos
ofrece infinitas posibilidades, pero requiere cierta maestría a la hora de
calcular las proporciones en las que se han de añadirse los ingredientes y el
orden que tiene que se tiene que seguir.
Escribir multimedia exige al
escritor no sólo dominar distintos medios comunicativos, sino saber también las
proporciones y el orden.
Según explica la
guionista catalana Neus Devesa Mèrida en su trabajo ‘Narrativa Digital
Interactiva’ cada proyecto requiere su propio estilo de lenguaje, sea un producto formativo, de consulta,
de entretenimiento, videojuego… o una acción de marketing.
También cada soporte determina y marca unas especificidades: CD, DVD, Internet,
televisión, móvil… Por lo tanto no es suficiente tener en cuenta solo el medio,
existen otros factores que condicionan el cómo tiene que escribirse.
Un buen experto en coctelería
sabe cuando hay que optar por adornar los sabores con aromas exóticos y cuando
dejar que se exprese de manera sencilla y contundente el licor que hemos
elegido como ingrediente principal.
Sabiendo bien esto, Neus Devesa
nos da tres consejos básicos en su manual a la hora de elaborar contenido
multimedia:
- Escoger el medio adecuado en beneficio del proyecto. Disponemos de
audio, vídeo, texto y también tacto (pensemos en las aplicaciones táctiles
de los smartphones), pero no es
necesario usarlos todos a la vez.
- Narrar con todos los medios y no para ellos. Cuando escribimos multimedia
debemos pensar de la misma manera: ¿Qué medio va a ser el mejor? ¿Qué
medio es el más adecuado para conseguir mi objetivo?
- Los recursos que nos ofrece la multimedia deben estar a nuestro
servicio, nunca por encima de la narración. “El escritor
multimedia tiene que dejar que los diferentes medios ayuden a explicar la
historia de acuerdo con el guión”, explica Devesa. “No hay que caer en la
trampa de utilizar un fragmento de vídeo solo porque sea bonito. Por el
contrario, si una fotografía muestra todo lo que queremos decir, no hace
falta contarlo también en audio”.
En otras
palabras: antes de ponernos a mezclar, tenemos que pensar en qué resultado
queremos provocar el la persona que va a degustar nuestro coctail.
Tres
conceptos son básicos a la hora de hacer esta planificación, según expresa
Devesa: COHERENCIA, SEDUCCIÓN y CLARIDAD. Hay que ver si la suma de partes funciona como un todo ordenado,
si el público lo va a encontrar atractivo y si sirve para expresar el mensaje
que queremos transmitir. En
próximos días abordaremos con detenimiento cómo afrontar las diversas partes del proceso creativo en
este ámbito.
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