Nuestras mejores portadas

Desde hace años, visito las tiendas VIP´S exclusivamente para ver su oferta de libros descatalogados, esos que las editoriales saldan. Allí pude comprar varios ejemplares (algo así como 10) de la edición de Mario Muchnick de Conversaciones con Giulio Einaudi, de Severino Cesari, y que recientemente ha reeditado Trama (¡gracias por la colección ipos móviles!). Más recientemente he visto otra joya y de la que también he comprado varios ejemplares. Se trata de Nuestras mejores portadas, un homenaje que en 2005 la editorial Aldeasa hizo al gran diseñador Daniel Gil.

Daniel Gil, emblemático diseñador de Alianza, es el mejor portadista que ha dado este país, el gran maestro. ¡Cuántas veces habré hablado de Daniel Gil con Pepe Crespo, director de arte de Santillana! Este libro nos presenta 50 miradas atentas de 50 autores conocidos a la escritura visual de Daniel Gil.  

Las cubiertas que pueden ser tipográficas, con material ilustrativo, o mixtas, se convierten en un elemento de gran importancia tanto para convertir una portada en reconocible como para darle un atractivo añadido. Mario Muchnick dice lo siguiente sobre las cubiertas: «Que una cubierta debe servir para vender más ejemplares en un lugar común acerca del que no vale la pena perder tiempo. Se suele decir: “Es una cubierta eficaz”. Es lo menos que se le puede pedir a una cubierta. Para un editor cultural, es algo más. Forma parte del estilo de la casa, y el estilo de la casa refleja, debe reflejar, la sensibilidad del editor – sensibilidad estética pero también literaria, social, política.». Todo ello lo coseguían la cubiertas de Daniel Gil.

Dejadme que os dé un consejo: Corred a cualquier VIP´s (si estáis fuera de Madrid, mala suerte) a ver si tenéis la fortuna de adquirir un ejemplar de Nuestras mejores portadas.

Por cierto, perdón por la pedantería, pero no puedo resistirme a indicar que la portada de un libro está siempre en sus interiores, y que lo que comunmente mal llamamos portadas es la 1ª de cubierta. Así que el título del este libro cede ante lo popular, y que no me parece mal.