La tercera premisa con la que trabajamos es la marca. Hemos pasado del trade mark al brand equity, es decir, ahora la marca ofrece unos valores que debe transmitir y deja de ser un mero aspecto diferenciador. La marca editorial ya no es sólo un atributo del producto sino que debe aportar un posicionamiento en la mente del consumidor.
Tradicionalmente, las editoriales no han prestado especial atención a las marcas, apoyando más a los autores (algunos son marcas en sí mismos) o a las temáticas. Incluso hoy en día, esos son los factores más determinantes a la hora de comprar un libro; si bien, en el cambio de paradigma en que nos encontramos, el editor debe convertirse en un sello de calidad para los textos que publiquen dentro del gran tsunami de contenidos actual.
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