martes, 19 de febrero de 2013

¿Acabará Internet con el periodismo cultural?



La opinión nos ha estallado entre las manos. Todo el mundo opina sobre todo y constantemente. ¿Qué sentido tiene la crítica?”. Así se quejaba Manuel Rodríguez Rivero, en una mesa redonda, de uno de los peligros que tiene para el periodismo cultural este arma de doble filo que es Internet.

Los lectores ya no acuden a la crítica literaria, artística, cinéfila, etc. que ofrecen las revistas culturales que dan voces autorizadas. Prefieren otras plataformas: sitios web como Filmaffinity.com (sobre cine), que no es sino una red social de aficionados al cine en la cual los roles de crítico y lector se intercambian y la autoridad del prescriptor la da su grado de participación en la comunidad.

El oligopolio de la información que caracteriza la prensa escrita y la televisión (cada vez más) contrasta con la democratización de la misma que se da en Internet, donde todo el mundo se puede convertir en emisor de contenidos culturales, etc. y también de crítica cultural. En este proceso ¿ha desplazado el opinador aficionado al crítico profesional?

Hay quien opina que sí. “Ya no hay críticos que hagan o deshagan reputaciones. El prescriptor ha perdido autoridad”, lamenta Álvaro Delgado-Gal, editor de Revista de Libros.

Otro reto más para el sector editorial cultural, que tiene que reinventarse y buscar la manera de hacer valer la autoridad de sus profesionales sobre la del público general, haciendo marca y convirtiéndose en un sello de calidad. Eso sí: esta batalla ha de ganarse en el terreno de juego de Internet. Lo contrario sería condenarse al ostracismo.

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