martes, 4 de febrero de 2020

Las competencias del consultor editorial

Un consultor editorial ayuda con su conocimiento a los editores a mejorar en el desempeño de sus difíciles y cada vez más complicadas tareas.




Venga, ya, vale… lo sé, llevo años sin publicar, qué le voy a hacer, pero me he comprometido a retomarlo con fuerza. Y lo hago con un post basado en un librito que es una joya para cualquier consultor, sobre todo si es joven.

Estoy hablando del libro de Ana Fernández, Consultor ¿por qué no? Una profesión con futuro, del lejano 2005, pero perfectamente aplicable en la actualidad. La autora nos invita a conocer el mundo de la consultoría, y yo quiero centrarlo, cómo no, en la figura del consultor editorial.

Un profesional de la consultoría editorial ayuda con su conocimiento a los editores a mejorar en el desempeño de sus cambiantes, difíciles y complicadas tareas. Y debe hacerlo, según el consultor Cosimo Chiesa de Negri, con discreción, humildad, sensibilidad, mucho corazón y mucha honradez.  

Por supuesto, un consultor editorial debe consolidarse a través del esfuerzo y de la dedicación constante, y dando un valor añadido diferencial a sus editores-clientes con un servicio personalizado y a medida en el que demuestre toda su valía, con calidez en el trato.  La confianza es la clave de la relación entre editor y consultor, y a más confianza más credibilidad, y eso se consigue con calidad y calidez.

Los editores recurren a los servicios de consultoría cuando tienen algún problema que solucionar, y el consultor comienza su labor analizando la situación, para después proponer cambios y soluciones, en clave de rentabilidad (cómo no). Esa idea de proponer de manera objetiva e independiente es una de las grandes ventajas de los consultores editoriales, pero no pueden tomar decisiones ni ejecutarlas.   

Las editoriales pueden contratar a los consultores editoriales por estas razones:
  •         Proporcionar know-how.
  •         Adoptar un punto de vista objetivo en imparcial.
  •         Reforzar las decisiones de la dirección.
  •         Vincular la teoría con la práctica.
La autora, respecto a la alquimia de todo consultor, nos dice que la inteligencia emocional es uno de los ingredientes más importantes del trabajo de un consultor y que el otro gran ingrediente es el pensamiento holístico, en el sentido que es algo más allá que la suma de sus partes: estrategia, acción y comunicación, que nos van a indicar las competencias necesarias para todo gran consultor editorial:

COMPETENCIAS ESTRATÉGICAS
  •         Visión de futuro.
  •         Creatividad.
  •         Análisis.
  •         Afán de superación.
  •         Trabajo en equipo.
 COMPETENCIAS DE ACCIÓN
  •         Capacidad de trabajo.
  •         Constancia.
  •         Espíritu de lucha.
  •         Proactividad.
  •         Formación continua.
 COMPETENCIAS DE COMUNICACIÓN
  •          Empatía.
  •         Capacidad de escucha.
  •         Persuasión.
  •         Credibilidad.
  •         Entusiasmo.
  •         Asertividad.

¿Alguna más?


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